Las Crónicas del cuidador: La decisión más difícil

Antes de empezar este post, por si no os habéis dado cuenta he separado mi vida personal de lo profesional. Parece ser que mis dos vidas no agradan ni a un lado ni al otro por lo que como no quiero problemas ni quejas y como soy muy radical y muy blanco y negro he decidido o todo o nada. Así que en mi web de nuricoco.com podréis leer todas mis intimidades (ahora hasta a lo mejor cuento más cosas más intimas, who knows) y en mi web nuriapendas.com podréis leer temas más profesionales sobre Marketing, tecnología e IA (mi nueva pasión). Bueno, ahora ya comienzo el post de hoy en el que quiero hablar de una de las decisiones más difícil que voy a tener que tomar….
¿Y qué es esa decisión tan difícil que tienes que realizar Nuria? Pues estoy hablando de la posibilidad de meter a mi madre en una residencia o aguantar el tirón en casa. Como ya sabéis mi madre tiene el grado 3 de dependencia y una demencia senil ya avanzada. Es una persona totalmente dependiente para todo y necesita atención constante, ya no la podemos dejar sola ni 5 minutos. Últimamente, hemos empezado a darnos cuenta de que esto ya no es sostenible. Cuidar de una persona mayor las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es una tarea muy difícil, incluso para varias personas. Y aunque nos encanta tenerla con nosotros, nos está empezando a pasar factura emocional y físicamente.
Entonces, ¿Qué hacer? Esta es una decisión que no se puede tomar a la ligera. El año pasado pedí una residencia sabiendo que tardaría y pensé, bueno de aquí a que esté disponible estaremos todos listos, pero su enfermedad ha avanzado más rápido de lo que pensábamos y nos hemos dado hasta finales de año para instalarla en una residencia.
Lo bueno de una residencia creo que sería que mi madre tendría acceso a atención médica constante, actividades sociales y físicas, y un ambiente seguro y acogedor. Además, tendría la oportunidad de conocer a otras personas mayores y hacer nuevos amigos, lo cual es importante para su bienestar emocional.
Pero aún así, tomar esta decisión es difícil y cuando más se acerca la fecha más vuelvo a replantearme todo. Sabemos que mi madre se siente más cómoda en casa, rodeada de sus cosas y de nosotros. También nos preocupa que pueda sentirse abandonada o triste al principio. Sin embargo, también sabemos que su salud y su bienestar son lo más importante, y que no podemos seguir sacrificando nuestra propia salud y bienestar para cuidar de ella en casa.
Las trabajadoras sociales me dicen que la residencia pública tardará un año o más en dármela, pero tenemos 2 opciones: pagar una privada notros hasta que nos den la pública o nos dan unos 700 euros para ayudar el coste de una privada pero eliminándonos de la lista de espera. Dicho esto, los precios de una residencia privada rondan (para un grado 3) entre 2300 hasta 3500 euros. Por lo que si sumamos los 700€ que nos dan si la eliminamos del listado + su pensión no contributiva unos 450€ ummm las cuentas no me salen jajajaja..
Despues de todo esto a lo mejor la decisión más difícil va a ser no la que tengo que tomar si no la única que hay, en casa si o si.. jajajajjaa
Corinna
Hola Nuria, en Francia hay un nuevo concepto que es vivienda compartida para
8-10 personas mayores y también con Alzheimer con todos los servicios y profesionales como en una residencia clásica pero a un coste muy reducido, quizás eso existe también aquí… Fuerza, amiga. Corinna
nuricoco
Pues no he encontrado nada así aquí pero todo es buscar, gracias por la idea y los ánimos!