Hola a todos y a todas. Hace tiempo que no os dedico unas líneas, lo siento, pero he estado un poco ocupada con mis pensamientos negativos, que intento convertir en positivos con mi rutina matutina, que por cierto me va muy bien. Le dije a mi hija: «Debes hacer lo mismo que yo, ser positiva, visualizar, manifestar, tener tu vision board, tu rutina matutina, etc. Yo lo hago todos los días», a lo que ella me respondió: «Y así te va» jajajaja. Tiene toda la razón, pero yo no desisto y seguiré siendo positiva (bueno, vale, a veces tengo malos días, vale, malos meses, vale, vale, malos años, joder, vale, malas vidas jajajaja). Estoy muy graciosa esta mañana, ¿verdad? Bueno, hoy os voy a hablar de por qué pienso que debemos celebrar todos los fracasos y felicitar a todo el mundo que fracasa a nuestro alrededor con un Enhorabuena.

Empezamos… A ver, lo que os voy a decir no creo que sea algo nuevo o que yo sea la primera en pensarlo. Seguro que hay miles de libros de autoayuda que dicen esto, pero yo os cuento mi versión, a mi manera y lo que pienso yo. El domingo 1 de octubre cumplí 55 años y tengo que reconocer que no los recibí muy alegremente (creo que estuve llorando todo el día jajaja). En primer lugar, sigo siendo una persona con muchas inseguridades y miedos, aunque lucho contra ellos todos los días. Pero como mencioné antes, hay días y días. Este cumpleaños ha sido un poco deprimente en el sentido de que me puse a pensar (ya, mal asunto).

Uff, ¿Nuria, qué has hecho en estos últimos 55 años? ¿De qué estás orgullosa? ¿Qué has conseguido? Y aquí es donde debería parar y pensar en todo lo que realmente he conseguido y de lo cual me siento muy orgullosa. Pero NO, Nuria no piensa así. La mente de Nuria rápidamente se sobrepone a los pensamientos positivos y empieza a pensar… «Pues nada, Nuria, no has hecho nada y todo lo que has hecho, lo has hecho mal. Tienes sobrepeso, psoriasis, no tienes trabajo, tus hijos te necesitan pero no puedes ayudarles, estás atrapada cuidando de tu madre, tu novio de 8 años, que tiene 10 menos que tú, te va a dejar porque estás gorda y no sirves para nada. Tus amigas todas tienen una familia estupenda, trabajos perfectos, sus casas pagadas, no tienen deudas, tú no sabes ni lo que quieres hacer con tu vida todavía. Tus amigas y amigos ya casi te ignoran porque no quieren escuchar tragedias y ya nadie sabe cómo puede ayudarte».

Ya, ya, sé que todo lo que he dicho arriba, aunque es verdad y es la realidad, es la realidad vista desde un punto de vista muy negativo y no exactamente la realidad (sigo pensando que vivimos en la Matrix y me he quedado atrapada en la realidad mala, hay otra Nuria por ahí, flaca, joven, rica y poderosa jajajajaja). No os asustéis, ya sabéis que me encanta exagerar y contaros todo. Y por qué digo todo esto, y por fin llego al tema de este puto post. Todos tomamos decisiones todos los días (las que pensamos son las acertadas en su momento). Algunas son acertadas y otras no, pero todas son necesarias para que aprendamos nuestras lecciones de vida y nos acerquen a nuestro destino. Parece ser que yo tengo muchas lecciones todavía por aprender y soy un poco cabezota. Ok, voy al grano, lo que quiero decir es que aunque nos equivoquemos, nos estamos acercando cada vez más a lo acertado, y pienso que las personas a nuestro alrededor deben ser más conscientes de esto y darnos la enhorabuena por todo.

Por ejemplo, podrían decirnos de la siguiente manera: Cuando te despiden, «Enhorabuena, lo has hecho muy bien, de verdad que estoy tan orgullosa de ti, eres una crack»; cuando tienes deudas, «Enhorabuena, de verdad que lo has hecho súper genial, creando toda esa deuda, eres realmente brillante»; si te deja tu novio o novia, «Enhorabuena, jolín, de verdad que tienes suerte, una nueva oportunidad para encontrar a alguien mejor». En fin, así con todo (y decirlo en un tono serio, no sarcástico). Creo que a mí me ayudaría mucho. Así que os animo a felicitar a todo el mundo que conozcáis cada vez que fracasen. Si su negocio se ha ido a la mierda, «Enhorabuena, amigo, lo has hecho súper bien, ese negocio te ayudó a aprender todo lo que necesitas para tu siguiente paso». Si se ha muerto algún familiar, «Enhorabuena, ya tienes a otro guía espiritual que te ayudará a seguir fracasando».

Hasta aquí la crónica de hoy…