Convivencia Coronavirus DÍA 88 lunes, 8 de junio 2020

Bienvenidos a la Fase 2, la continuación… esto parece una saga. Sigo esperando a los alienígenas, a ver si bajan y ponen orden de una vez, porque el mundo está ya para reventar sin un liderazgo fuera de este mundo. Yo estoy preparadísima para su visita. Sería el toque perfecto para 2020, yo lo veo, ¿vosotros no?

Esta semana la he empezado un poco enérgica, no me refiero a que quiera hacerle daño a alguien, sino que hay ciertas cosas que me desesperan un poco, y pacientemente espero a que se solucionen o me dejen en paz, para poder hablar claro y buscar soluciones. Aunque sé que en ocasiones es mejor dejar que las cosas fluyan, cuando lo que fluye es una auténtica locura, prefiero no involucrarme demasiado. De acuerdo, lo dejo, sí, sí, Nuria, Let it Go… Let it go… (sí, sí, canto la cancioncita en mi cabeza)…

Y nada, En mi casa, todo sigue igual en el mundo de Nuricoco. Cadaloco con su tema: mi hija en su «coronacueva». Hoy no ha salido mucho y ha dicho: «No me siento bien, no te acerques, no quiero pegarte nada». Esto lo dice cada dos días y después está como si nada. La adolescencia, supongo que es una mezcla de hormonas y, simplemente, ella misma. La pequeña Gremlin en acción. Mi hijo, por su parte, saltando a la comba en el suelo de mármol mientras la perra lo observa (o no), y mi madre mirando la televisión como si no estuviera.

Nada lo típico que una familia normal. Hoy el tema de conversación en la comida fue «tríos». Sí, sí, habéis leído bien. Siempre le he dicho a mis hijos que pueden preguntarme y hablar de lo que quieran sin vergüenza ni miedo. ¡Y lo hacen! Mi madre disfruta mucho de nuestras conversaciones en la comida, ella también participa. La de hoy fue muy interesante para todos.

Bueno, esta semana comenzaron las nuevas entrevistas de «Amigos con Talento», edición Artistas, donde he contactado con amigos talentosos en las artes: danza, modelaje, diseño de moda, canto, música, etc. Hoy empezamos con Ramón, un bailarín muy especial.

En fin, hoy he estado un poco rara, de esos días en los que me siento un poco rara, rara, jajaja. Ya lo sé, siempre soy rara. Aunque hoy, hablando con mi amiga de ballet, a la que he decidido llamar «balletamiga reveladora», me ha dado muchos ánimos para volver a ponerme las pilas. Así que esta semana haré algunos cambios en mi agenda y ya os iré contando…

Reflexión del día: Cuando me siento triste y no sé por qué, miro a mi alrededor y siempre encuentro la solución. Uno no está triste por nada, siempre hay algo, aunque esté muy, muy en lo profundo. Con el tiempo, he aprendido a rascar y escarbar para descubrir lo que hay oculto, y cada vez lo hago más rápido. Así que mi tristeza se ilumina y me hace reflexionar (ya ves, paso el día reflexionando) y de cada reflexión nace un nuevo pensamiento y un nuevo aprendizaje.

«Agradezco la tristeza, le sonrío y la dejo salir para dar paso a mi libertad.»