Convivencia Coronavirus day 8

Convivencia Coronavirus DÍA 8 viernes, 20 de marzo 2020

¡Qué bien es viernes! Estamos en puente… Genial, un fin de semana largo, jajaja, para seguir tocándonos las narices. Aunque parece que no es puente para todos, mi hijo de repente viene y me dice (a las 11:30 de la mañana): «He perdido la clase online de filosofía»... y yo pienso, ¿QUÉ, QUÉ? ¡AUN ESTANDO EN CASA FALTAS A CLASE! ¡HAY QUE JODERSE, TÍO!

En fin… Los niños siguen preguntándome a diario: «¿Podemos salir ya? ¿Podemos salir ya? ¿Han encontrado una vacuna? ¿Podemos salir ya? ¿Hay comida?» Y yo sigo contestando: «¿Habéis hecho los deberes? ¿Habéis ordenado vuestro dormitorio? ¿Habéis leído algún libro?»

Mi hijo pasa el día haciendo ejercicio en todas partes de la casa, como si esto fuera uno de esos gimnasios glamurosos donde hay salas para todo. Tenemos la sala de estiramientos, la sala de pesas, la sala de aerobic… No te jode…

Mi hija sigue sin salir de su «coronacueva». Hoy entré a ver si seguía allí y tuve tiempo de hacerle una foto. Les saco fotos a los dos cuando no se dan cuenta (si no me matan). Repito, el día que se den cuenta de que tengo este blog, voy a necesitar una vacuna anti-adolescente enfadados…

Por otro lado, mi madre sigue esperando los aplausos todos los días; para ella, es el momento más emocionante. Le intento explicar el porqué, pero a los 10 minutos ya se ha «resetado» y se queda en blanco. Me recuerda mucho a «10 second Tom» de la película «50 first Dates».

Ah, se me olvidó contaros que el otro día tuve que comprar una nueva cafetera. Quería una de esas de toda la vida para no usar las cápsulas que son caras y creo que contienen veneno puro. Encontré una a muy buen precio y muy bonita en Amazon. Al día siguiente, alguien toca a mi puerta (no el timbre de abajo, mi puerta). Me sorprendí y pensé, ¿Quién será? ¿Será el virus tocando mi puerta? Me asusté un poco. Miré por la mirilla y no vi a nadie. Esperé un poco y abrí la puerta lentamente. Encontré una caja de Amazon a mis pies y vi cómo un bracito salía desde el ascensor, saludándome. Fue surrealista. Pero bueno, ya sé que aunque el mundo se acabe, Amazon seguirá repartiendo. Esto me recuerda al episodio de Black Mirror donde los drones realizaban envíos (y me hizo pensar, ¿No podría un dron traerme la compra a casa?). Todo tiene su razón de ser. Todo tiene su porque, encontré este articulo al respecto. 

Y como siempre, tengo la anécdota del día. Debo decir que esta anécdota es de la misma amiga que hablaba de la limpieza ayer. Esta vez dice: «Ummm, me he visto un lunar muy raro. No sé si lo tenía antes, pero es que ahora tengo tanto tiempo que me estoy viendo de todo». Pues eso, jajajaja.

Reflexión del día: Ahora que tenemos más tiempo para investigar nuestros cuerpos y hacer compras, ¿nos podremos poner al día de nuestras vidas o seguiremos esperando ese paquete que no llegará?

¿Nos recordaremos del ayer o miraremos solo al futuro?