¿Por qué necesito ser espontánea?

Este post va a ser espontáneo, ya que lo estoy publicando un martes (suelo publicar los fines de semana). Pero de eso se trata este post sobre la espontaneidad, de salir de nuestra zona de confort y decir «sí» a todo. Soy una gran fan de la espontaneidad y una defensora ferviente de este estilo de vida. Cuando era joven, era extremadamente espontánea (quizás demasiado). No me perdía nada, decía «sí» a todo, sin importar de qué se tratara (casi siempre era yo quien sugería qué hacer). Es cierto que cuando eres joven y no tienes responsabilidades, la espontaneidad es más fácil. Pero con el paso del tiempo, no debemos permitir que nuestra rutina diaria y nuestras responsabilidades nos limiten. Así que sé espontáneo y sigue leyendo.
¿Por qué este post hoy? Pues os digo porqué… Anoche fue luna llena, y como sabeis, me encanta todo lo relacionado con lo espiritual y metafísico, y creo mucho en los rituales. Los rituales durante la luna llena son especialmente poderosos. Nadar desnuda en el mar durante la luna llena te llena de energía para el resto del año. Así que ayer estaba decidida a hacerlo. Envié varios mensajes a mis amigas para ver si alguna se animaba. Excepto una que me respondió y me dijo que no podía debido al trabajo, las demás ni siquiera contestaron. Entonces le dije a mi hijo: «¿Vamos a la playa a nadar desnudos en el mar bajo la luna llena?» Y mi hijo me dijo: «¿Estás borracha?», a lo que respondí: «Hoy no». Y ahora os estaréis preguntando: «¿Por qué no ir sola?» Y tenéis toda la razón… ¿Por qué no? Y fue en ese momento que pensé: «Nuria, ¿Qué te está pasando?» Has perdido todo el sentido de la aventura, te has convertido en una Nuria aburrida, triste, ansiosa, estresada (lo cual me causa aún más estrés).
Hasta aquí hemos llegado. Una cosa es que me estoy haciendo mayor, cumpliré 55 años este año (ya puedo incluso viajar gratis con el imserso en Madrid), pero otra cosa es que me convierta en una persona aburrida y amargada. La vida puede quitarme juventud, darme arrugas, kilos no deseados, problemas de salud, pero la forma en que vivo mi vida y enfrento mis desafíos la puedo vivir como me dé la gana, le guste a quien le guste. Uff, menos mal que he vuelto a despertar, porque ya me estaba hundiendo en la miseria. No sé si la pandemia me ha afectado, si son los cuatro años como cuidadora, si son mis problemas económicos, si son las preocupaciones por mis hijos, mi trabajo, pero nada de eso me va a detener. Nuria ha vuelto. Todo esto me ha recordado que no hace mucho tiempo escribí un ebook llamado «Esta vida es un reto», donde documenté todos los desafíos que vosotros mismos me sugeristeis hacer.
Así que, desde ahora en adelanta la Nuria espontanea está preparada para todo lo que la propongan (quedo a la espera de vuestras propuestas). Os recomiendo que hagáis lo mismo..
Os dejo algunos de mis consejos:
Acepta la incertidumbre: A veces, el miedo a lo desconocido nos impide ser espontáneos. Aprende a abrazar la incertidumbre y verla como una oportunidad para descubrir nuevas experiencias. Permítete salir de tu zona de confort y enfrentar los desafíos con una mente abierta.
Di «sí» a las oportunidades: A menudo, la espontaneidad surge de decir «sí» a las oportunidades que se presentan. Acepta las invitaciones, pruébalo incluso si no estás seguro de cómo resultará. Darte la oportunidad de experimentar cosas nuevas te ayudará a ser más espontáneo.
Deja ir la planificación excesiva: Siempre tener cada momento de tu vida planificado puede limitar tu capacidad de ser espontáneo. Permítete un poco de flexibilidad y libertad para seguir el flujo del momento. A veces, los mejores momentos suceden cuando menos los esperamos.
Confía en ti misma: La espontaneidad requiere confianza en uno mismo. Confía en tus instintos y en tus habilidades para adaptarte a nuevas situaciones. Recuerda que eres capaz de lidiar con lo que sea que se presente y que tienes la capacidad de disfrutar de los momentos inesperados.
Encuentra la belleza en lo cotidiano: No siempre tienes que esperar grandes ocasiones para ser espontáneo. Encuentra la belleza en las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Sal a caminar sin rumbo, juega con tu mascota, prueba una nueva receta, ¡las posibilidades son infinitas!
Ríete de ti misma: La espontaneidad a menudo viene con la posibilidad de cometer errores o hacer el ridículo. No tengas miedo de reírte de ti misma y de disfrutar de esos momentos divertidos. La vida es demasiado corta para tomarse todo demasiado en serio. Mírame a mi, os estaréis riendo ahora mismo de mi. jajaja
Recuerda, la espontaneidad no se trata de vivir sin un plan, sino de estar dispuestos a adaptarnos y aprovechar las oportunidades que se presentan en el camino. Así que sal ahí fuera, sé valiente y déjate llevar por la emoción del momento. ¡Vive con pasión y espontaneidad!
Maria Araujo
Hola amiga: como siempre disfruté tu crónica. El único concejo que pude seguir fue el de reírme de mi misma. Siempre he tenido esa rutina, por mal que esté encuentro la onda humorística para tratar de salir de la tragedia humana.
De todos modos, creo que es la única solución para sobrellevar la acumulación de juventud que tengo a mis espaldas.
Recibe un beso