No seas buena persona ¿Qué?

Si escucho las palabras «No debes ser tan buena» una vez más, de verdad que no voy a ser tan buena. ¡Qué sí, coño, que soy buena! Por ser tan buena y no ser firme con mis amistades, familia y, más importante aún, conmigo misma, no llego a ningún buen puerto. Pero, joder, no sé ser de otra manera. No me sale ser mala persona. Mira que lo intento, pero es que al final no puedo evitar ceder y ser la buena. Estos días he pensado: ¿Y por qué tengo que ser mala? Y la gente me dice: «A ver, no se trata de ser mala, sino de ser asertiva y no dejar que otras personas te pisoteen». Vale, ok, que sí, joder, pero a veces hay que permitir que te pisoteen porque de esa manera sigo siendo buena. Y si soy buena, estoy en sintonía con mi alma, y eso para mí es mucho más importante que cualquier otra cosa. Al final, es lo único que tengo y que llevo de vida en vida, por lo cual no quiero pisotear mi alma…
¡Qué puto lío os he contado, jajajaja! Pero es que estas semanas he estado plagada de voces que me gritan, me recriminan y me fuerzan a ser algo que no soy, que jamás seré y que no quiero ser. Y a esto, las voces me dicen: «Pues mira hasta dónde te ha llevado esa actitud que tienes». Y pienso: pues me ha llevado donde me tenía que llevar, a donde estoy y donde debo estar. Cada infortunio que me ha sucedido es otro aprendizaje más que me llevo. Me acerca más a donde necesito ir, y todo esto siendo fiel a mi ser, manteniendo mi dignidad y valorando mi comportamiento como buena persona. También pienso: ¿Alguna vez alguien le dijo a Santa Teresa «Anda, no seas tan buena»?
Creo que confundimos el concepto de ayudarnos a nosotros mismos primero antes que a los demás (eso de ponerte la mascarilla primero y luego ayudar a otros) por simplemente ayudar a otros cuando lo necesitan en algún momento más que tú. Estoy convencida de que venimos a este mundo para trabajar juntos (el cuerpo humano no funciona con cada parte actuando por su cuenta, sino que trabajan conjuntamente para mantenernos vivos). Algunos días ayudas tú y otros días te ayudan a ti. Ser egoísta en la vida al final te llevará a una vida solitaria, y poco a poco será más difícil estar en armonía con tu alma (y eso es jodido cuando al final del día estás solo con tu puta alma, jajajajaj).
En fin, soy buena. Me gusta ser buena. Vivo alegre cuando soy buena. Si las personas a mi alrededor quieren pisarme, que me pisen. Si quieren aprovecharse de mí, que se aprovechen. Al final, no pierdo, aunque vosotros desde fuera lo veáis así. Yo gano, yo estoy en paz conmigo misma.
Maria Araujo
Cuántas veces he pensado y me han dicho lo mismo: ( Qué ganas con ser tan buena?? No ves que: “ Tan bueno era Juan que daba risa??”. Pero yo sigo con las enseñanzas que me heredó mi abuelita : ( (“ Hija no te ensucies el alma” )
Ahí estaremos mi amiga Ibérica y yo orando por los “ No tan buenos” que nos preceden.
Te quiero