Las Crónicas del Cuidador: Negación

Parece que esto ya empieza a tomar forma y arranco un poco más fuerte cada semana, con un poco más de luz y esperanza hasta donde quiero llegar. Estas nuevas crónicas serán difíciles como las últimas ya que hay que afrontar muchas emociones y realidades que como en mi último post ya fuisteis testigos de lo duro que es. Sonrío a la vida cada día, intento ver lo bonito en todo, pero hay muchas veces que mi corazón quiere negar lo que estoy viendo porque no está acorde con lo que mi alma debe sentir. De aquí nace la Negación. Todos hemos sentido ese rechazo a algo que no queremos creer, que no queremos ver y menos aceptar. Hoy os quiero contar de esa negación que tuve al principio de toda esta nueva etapa de cuidadora.
Os prometí que las crónicas iban a ser divertidas y lo serán, pero creo que tenéis que entender la situación real, la muy cruda parte interna de la vida de la cuidadora, de la persona responsable de otra persona que en mi caso ni sabe quien soy. No te conviertes en cuidadora de un día para otro. Todo tiene un proceso, un proceso en el cual algunos se quedan por el camino, otros ni empiezan a andar, muchos otros abandonan cuando llegan los obstáculos y otros siguen hasta el final. Yo voy por el camino dejándome llevar sin pensar porque si no…
Hace unos cuatro años todo iba viento en pompa (no sé si se dice así, si no os j****), mis hijos ya adolescentes se iban haciendo mayores y responsables, empecé a ver la luz al final del túnel, podía ver mi libertad acercándose, la libertad que me acercaría a mi chico que con ya (en ese momento) 3 años de relación a larga distancia empezaba a cuestionar nuestro futuro. Mi plan era poder pasar más tiempo con el en Madrid cuando mis hijos terminaran el instituto. Hasta aquí todo genial.. Pero, de repente un día..
Fue un día normal y corriente, no puedo decir que no me lo veía venir, pero, creo que no quería verlo venir. Mi madre vivía sola en su piso de Madrid, y venía a visitarme a menudo o yo iba a verla. En una de mis visitas, estando un fin de semana con ella empecé a ver cosas raras. Me repetía constantemente lo mismo, la decía que ya me lo había dicho y se enfadaba, la preguntaba por sus medicinas y me decía que ella no tomaba medicinas, al rato me decía que sí que se tomaba sus medicinas (me di cuenta que o se las tomaba más de lo que tenía o no se las tomaba), se le olvidaban los nombres de las personas y de algunos objetos. Aunque ya había visto otras ciertas cosas raras no quise creer que pasaba nada malo.
Mi actitud al principio con ella fue de enfado, no podía creer que no se acordara de las cosas, pensaba que no estaba intentando recordar lo suficiente, me frustraba con ella, la regañaba, la repetía las cosas una y otra vez, gritaba de frustración, la negación se apodero de mí. Fue un instante, un momento en el que aunque aún negaba todo tuve que tomar acción y solucionar el problema. La decisión de que viniera a vivir con nosotros en Alicante no fue fácil, sería dejar su casa en la que había vivido casi toda su vida, la casa de mis abuelos, dejar todos sus recuerdos, sus amistades, todo lo material.
Estando aquí en Alicante los primeros años fueron muy, muy frustrantes para mí y para mis hijos, no podíamos aceptar que estuviera en el estado que estaba, ella repetía que quería irse a su casa, cada vez que mi chico venía a verme de Madrid, ella hacía su maleta y le decía que se iba con él. Fueron un par de años de bucle, hasta que poco a poco su memoria fue desapareciendo más y más. Mis hijos y yo nos turnamos cuidándola porque yo era incapaz de hacerlo sola, me negaba, no quería aceptar que mi madre ya no era mi madre o mejor dicho que para ella ya no fuera su hija. Las conversaciones que teníamos largas y tendidas de cotilleos, de películas, moda, de mis problemas, de lo que fuera, desaparecieron. Me quedé sola…
La negación os tengo que decir que ha estado conmigo hasta hace muy poco y aunque no puedo decir que lo he aceptado al 100% puedo decir que he aprendido a comportarme, a tener un poco más de paciencia, a intentar mostrarla todo el amor que en su día me dio a mí y a mis hijos. La negación nos ayuda a protegernos, a estar a salvo, pero llega un momento donde la aceptación se va acercando poco a poco y toca tu puerta. Aunque para mí la aceptación es un sentimiento más fuerte que la negación la estoy dejando entrar poco a poco.
Me imagino que pasaré por más etapas, me seguiré equivocando y no haciendo las cosas como debo o como otros piensan que debo hacer. Ahora 4 años dentro estoy en pleno camino, veo obstáculos, pero intentaré esquivarlos.
Juan Carlos Gordilo
Querida Nuria;
me quedo aquí frente al ordenador y no se que escribir. solo te digo que comprendo. Uff que #cronicas #nuricoco #nuriapendas tan profunda,
Mucho amor para ti
#juancarlosgordillo
nuricoco
Amigo, muchas gracias por siempre estar ahí, siempre!
Maria Araujo
Amiga querida, cómo te entiendo.
No he pasado cosas tan duras como tú pero he tenido personas muy queridas a quienes he visto desaparecer, desprenderse de su presente y vivir en un pasado totalmente incierto .
Quisiera mandarte todo mi apoyo y mi cariño, para así sentir que puedo estar cerca de ti, aunque sea en pensamientos.
Te quiero mi amiga Ibérica
nuricoco
Ays gracias por tu apoyoy lindas palabras siempre.. love you