Como os prometí no me voy a ningún lado, aunque no esté presente en las redes, a diario iré colgando los enlaces de estos posts que redactaré cuando surja, tenga tiempo, ganas o necesidad. Ahora tengo un poco de tiempo, me siento en frente del pc con una mascarilla en la cara (hay que cuidarse y mantenerse mona) una toalla en la cabeza (sí también me he puesto mascarilla en el pelo) y tengo a mi madre en el salón escuchando un musical, le he puesto «Sonrisas y Lágrimas» lo mira a distancia con desinterés, antes le fascinaban los musicales pero ahora no se inmuta, aunque ayer pasó algo que no esperaba….. Lucidez… Os cuento..

Llevo tiempo leyendo sobre la enfermedad de Alzheimer, intentado entender que pasa dentro de la cabeza de los pacientes, que sienten o no sienten, que síntomas tienen, porqué nace la enfermedad, como se puede prevenir, frenar, ayudar. (Os recomiendo ver la película “El Padre” para entender su punto de vista, es fantástica).

Cada persona me sugiere una cura o una mejora, que si vitamina D, que si cúrcuma (y mil otras hiervas), además de varios fármacos y docenas de otras cosas que cada uno recomienda. No quiero decir que lo hemos probado todo, pero por ahora nada ha podido frenar la enfermedad (espero que en un futuro en vez de gastarse el dinero en pelearse uno con otro o en campañas publicitarias, cenas, coches y casas lujosas, los políticos guarden algo para la investigación).

A lo que voy, que siempre parece que soy yo la que tengo demencia, perdiéndome en mis propias palabras. Ayer por la mañana cuando fui a despertar a mi madre me dice «Hola Nuria, que alegría verte hace mucho que no te veía» Me dio un beso y un abrazo muy fuerte, le brillaban los ojos al mirarme y hablaba claramente, como si hubiera estado de viaje y hubiera vuelto. Llevaba ya varias semanas que no hablaba casi, no sonreía y no mostraba emociones, pero esa mañana sus emociones estaban vivas, estaban en el aquí y ahora. Me pilló tan de sorpresa que no supe que hacer, no sabía cuanto duraría la lucidez y que debía preguntarla.

Desayunamos juntas y la puse uno de sus musicales favoritos, por primera vez en mucho tiempo reaccionó con emoción al escuchar la música, me dio las gracias por cuidarla, me dijo que me veía muy guapa y que estaba muy contenta de estar conmigo. Nos reímos y antes de que me diera cuenta ya se había ido otra vez.

Me imagino que no tendremos muchos más de estos momentos, pero les daré siempre la bienvenida y los aprovecharé todo lo que pueda.