Las Crónicas del Cuidador: Aseo

Voy un poco desbordada y no llego a todo lo que me propongo, pero, he aprendido (gracias a todas mis crónicas) que no hay que castigarse, hay que aceptar tu realidad en tiempo real, agradecer que eres un desastre, alegrarte de estar en el aquí y el ahora y reírte frente las adversidades que la vida te lanza minuto tras minuto (iba a decir día tras día, pero en mi caso el universo me lanza cosas a un ritmo más elevado). Después de esta breve presentación os comento que hoy quiero hablar de cosas que no se deben hablar (en público) ya, ya, a mi es que me da igual todo…. Vamos, que os cuento..

Avanzando en estas Crónicas del Cuidador, os he ido contando mi frustración, mis sentimientos, mis situaciones, he recordado el pasado, he dado explicaciones, he intentado mostrar la vida de un cuidador y hasta alguna vez os he contado de cositas que me pasan, hoy quiero ir más allá, quiero ser descriptiva quiero que lo entendáis desde otro punto de vista más gráfico y más incómodo (para vosotros porque os repito, yo ya voy servida).

Si sois lectores habituales de mis crónicas sabéis mi situación actual como cuidadora de mi madre (si es la primera crónica que leéis, ufff lo siento mucho, hay mucho más detrás, os invito a leer el resto para poneros al día). La situación actual cambia día a día y no para mejor, la demencia senil (Alzheimer) es una enfermedad degenerativa y aunque yo pensaba que en el caso de mi madre no iba a ser tan radical, ha llegado el momento en el que lo es. Cada día nos sorprende con algo diferente y aunque intentamos reírnos de la situación, llega un momento que las risas se convierten en un estado de congelación mental, en un no saber por donde tirar, no saber que hacer y todas las emociones de las que ya he hablado, tristeza, ira, desesperación, ansiedad, culpabilidad, negación etc.. se juntan y se mezclan en una sopa de realidad que empiezan a derretir la congelación.

Empezamos que sí no me sigo enrollando con mis penas. He titulado esta crónica «Aseo» porque es una de las partes del descenso de esta enfermedad que acaba de dar la luz. La memoria es algo muy curioso, se te pueden olvidar nombres de personas, cosas cotidianas, pero cuando empiezas a olvidar como escribir, como leer, como comer y como ir al baño ya entramos en otra fase de la vida. A ver, os lo voy a contar en modo gracioso si no, no creo que vais a terminar de leer esto.

Todas las mañanas nos despertamos para ver que ha hecho mi madre, que regalitos nos ha dejado y como va vestida. Si, si, como va vestida… Parece ser que por las noches se desorienta y no sabe llegar al baño por lo cual decide hacer pipi o popo donde vea, puede ser la cama, el suelo una silla.. Después parece ser que se da cuenta que esta mal y empieza a intentar arreglar la situación y es cuando va dejando bolitas de caca por toda la casa, se quita el pijama abre el armario y se pone por ejemplo una camiseta como falda, dobla su pijama mojado que se ha quitado y lo esconde (hay cosas que todavía no hemos encontrado), coloca objetos en diferentes sitios, tipo las zapatillas balanceadas encima de la televisión, rollos de papel higiénico enteros dentro del váter… Puedo seguir pero, creo que entendéis lo que os quiero decir. Y sé lo que estáis pensando «Nuria porque no la pones pañales» vamos a ver, que parte de la que os he contado que SE QUITA TODO no entendéis jajajaja.. los pañales son muy caros y ver que no sirven para nada no me ayuda mucho.

Cada día es más difícil cuidarla y atenderla como necesita, ahora mismo cuento con la ayuda de mi hijo y la maravillosa Yoli (que tiene más paciencia que un santo), pero nos estamos dando cuenta que aunque queremos cuidarla hasta el final a lo mejor es momento de replantear otras alternativas por el bien de todos..