Convivencia Coronavirus day 76

Convivencia Coronavirus DÍA 76 miércoles, 27 de mayo 2020
Y comenzamos el día con… ¡claro que sí! ¿Qué te ha pasado a Nuria? Hoy os tengo que decir que ha sido un día agridulce. He llorado (de rabia y de emoción), he reído, he sentido angustia, he tenido ganas de pegarle a alguien, pero luego me di cuenta de que eso no arregla nada. Me calmé a mí misma diciendo: «Nuria, eres muy buena, jamás harías daño a nadie, cálmate, cálmate». Así que respiré hondo y continué con mi día lo mejor que pude. Bueno, os cuento lo que me pasó…
Parece ser que mi hijo (18 años, mide 1,82, tiene cuerpo de hombre pero mente de niño de 2) salió el sábado por la noche y perdió su tarjeta del banco. No se dio cuenta hasta hoy cuando le pregunté cuánto dinero tenía en su cuenta. Cuando revisamos, vimos que le quedaban 6 euros… Parece ser que alguien encontró su tarjeta y gastó todo el dinero que tenía, unos 200 y pico euros. Le dije: «Llama y cancela la tarjeta y presenta una denuncia a la policía». Él me miró como si tuviera cinco cabezas y me dijo: «¿Pero ¿cómo voy a hacer eso yo solo?» Y yo le respondí: «Mira, hijo mío, tienes 18 años, ya no necesitas que vaya contigo. Eres un adulto». Y él me dijo: «¿Tú me ves cara de adulto? Sinceramente, ¿crees que soy capaz de hacer todo eso?» Y yo le dije: «Pues, sinceramente, no, pero búscate la vida». Le sugerí que llamara a su mejor amigo (un chico supermaduro y sensato) y que lo ayudara con eso… Respira hondo, Nuria… Respira… Eso es… inhala, exhala, inhala, exhala…
Por otro lado, hoy ha sido una alegría porque mi querido «cuñado» finalmente ha regresado a casa después de casi 3 meses luchando por su vida. Es un campeón y un ejemplo de superación como jamás he visto. Me quedo solo con ese momento del día…
Y nada, como pude, tuve que poner una cara feliz y bonita para mis entrevistas. Espero que no se haya notado demasiado que hoy tuve un día OFF. Mi amigo Juan Carlos Requena , un encanto, me ayudó a superar las angustias…
Bueno, os cuento que el resto de la semana promete. Mañana tengo una quedada con amigas para tomar unas cervezas, el viernes una especie de competición divertida, y el fin de semana, a darlo todo para despedir la Fase 1 (esperemos que la Fase 2 sea mejor conmigo, ¡seguro que sí! Nuria, siempre positiva)…
Ah, también, a ver cómo digo esto sin ofender a nadie… Creo que en alguna ocasión ya lo mencioné: me encantan las personas honestas, directas y transparentes. Prefiero mil veces a alguien que me diga exactamente lo que piensa de mí sin filtros, incluso si duele (porque sabemos que no es lo que nos dicen, sino cómo decidimos procesar la información que nos dan), que a una persona que ponga excusas, sea falsa y diga cosas a mis espaldas. Dicho esto, cuando organizo mis entrevistas, como ya mencioné antes, algunas personas responden rápidamente y están encantadas, otras no responden (supongo que estarán muy ocupadas) y luego están aquellos a los que me gusta llamar «LAME EXCUSE». Mirad, un simple «No, gracias, estás loca y no quiero que me hagas una entrevista», o «No me gusta tu programa», o «No está a mi nivel», o cualquier otra excusa de ese tipo me serviría. Repito, prefiero una excusa válida. No os preocupéis, no vais ha herir mis sentimientos, os los prometo..
Reflexión del día: Estoy aprendiendo muchísimo de todas las entrevistas que estoy haciendo. Casi todos tienen un denominador común, y es que necesitamos liberarnos de la idea que tenemos sobre quiénes somos realmente (que, en realidad, es lo que pensamos que los demás piensan que somos, y estamos viviendo ese papel). Necesitamos sacar nuestro verdadero YO, aquel que siempre será nosotros, que siempre estará a nuestro lado y que siempre nos guiará. Habrá personas a las que les gustará y otras a las que no. Al final, el único que debe estar 100% contigo eres tú mismo, así que…
2Más vale que te gustes a ti mismo, porque si no, llevas un mal camino.»