No puedo vocalizar todo lo que pienso porque mi voz siempre ha sido  prisionera de mis palabras. Parece que repito y repito los mismos patrones intentando que por fin encajen en esta vida. Pero por más que repito los patrones no se adaptan a este mundo. Son patrones hechos y diseñados con mis fantasías que por tan bonitas que sean jamás serán una realidad, por lo cual me quedo con patrones rotos, descosidos, olvidados y desfasados que no sirven para nada. Forman parte de mi pero no hay manera de organizarlos para que se adapten a mi destino.

Siento que haga lo que haga, decisiones bien o mal que haga, acciones que tome, pensamientos que escuche, no son lo suficiente para terminar el arte final con los patrones que he elegido. Los cambios siempre han formado parte de mi vida y me he ido acostumbrando a ellos, los he respetado, los he acompañado, los he invitado, siempre con la ilusión que me ayudarían a dar forma a los patrones, pero cada cambio, al principio ha sido bienvenido y ha parecido ser el correcto pero al final la desilusión de la verdad me ha hecho ver que no es así.

Me siento estancada, sin fuerzas para continuar ya que se el resultado.. Mirando hacia el futuro soy consciente de que cualquier cosa puede pasar y que todo puede ser diferente en un momento de la vida, pero me recuerda que aunque cambie, la montaña rusa de mi vida me volverá a dar esas subidas y bajadas tan repentinas que me llevarán hacía el mismo sitio de donde empecé.

Cuando al final me doy cuenta que mis fantasías son simplemente eso me convierto en realista y mi realidad está muy lejos de lo imaginario. Eso no quita que voy a seguir luchando, voy a seguir buscando nuevos patrones, repetiré algunos por si acaso y seguiré encajando todas las piezas hasta poder completar lo que para mi es mi destino.