Recuerdos de un tobillo

No he arrancado estas nuevas «Crónicas del Ayer» muy bien. Os prometí historias del pasado cada semana y os he fallado (es que no me da la vida) pero parece ser que el universo ha decido ayudarme y ha pensado que la mejor manera de hacer que me sentara y redactara es empujándome por la calle para que tropezará y me hiciera un esquince (Gracias Universo, realmente agradecida). Sé que todo tiene su porque y que que todo pasa por algo y ese algo a lo mejor nunca lo sabremos, pero hay que aceptarlo and go with the flow. Así que con todos vosotros capítulo 1 de estas nuevas crónicas.

He elegido la foto de portada que veis ya que es muy acertada para hablar del ayer y de hoy. Una de las únicas fotos que tengo de mis años de danza (el resto de pertenencias fotos, recuerdos, tutus se quedaron en unas cajas de un trastero que se inundó y mi hermano decidió era mejor tirar a la basura sin consultarme (esto para otra crónica que me vuelvo a enfadar)).

Ah los buenos tiempos de ayer cuando éramos jóvenes, podíamos comer y beber todo lo que queríamos, no dormir, andar en tacones 24 horas… Those days are f** gone I say, they are gone!!! Nuria relájate, relájate…Bueno, a lo que vamos que siempre me pasa lo mismo. Estas son las crónicas del ayer donde supuestamente os enseño una foto y os cuento algo sobre esa foto o lo que me recuerda esa foto.. Ahora sí, vamos, vamos Nuria que tú puedes… Arranca ya j****

Esa foto es de umm 1988 (por ahí… tengo mala memoria). Fue una sesión de fotos que me hizo un vecino cuando vivía en Los Ángeles en West Hollywood. Él en ese entonces estaba empezando su carrera como fotógrafo y su mujer era maquilladora. Recuerdo que pasamos un día genial en la terraza de nuestro edificio donde nos colamos. Recuerdo este día como si fuera ayer..

Cuando llegué a Los Ángeles (uff tendría la edad de mi hijo ahora, no puedo ni pensar el ahora diciéndome «Mama que me voy a vivir a Galicia» jajajaja (bueno estoy pensando en distancia ya que yo me fui de Miami a Los Ángeles en coche con un novio (lo de este novio da para 100 crónicas, pueden ser las siguientes)) llegué a lo loco, a la aventura pero los 2 años que viví allí (volví 10 años después cuando me case y viví 7 años más allí) me cambiaron la vida por muchos motivos (esto para otra crónica, j** al final sí que voy a tener crónicas).

Me desvío y no me decís nada… Bueno esta foto me trae muchos recuerdos, no de mis años bailando, pero más de mis primeros años fuera de casa, viviendo a lo loco, sí, peros también bailando. Fue la época en mi vida donde me sentía libre, donde podía correr libremente, podía hacer lo que quisiera, tenía toda mi vida por delante, no tenía miedo a nada y nada me tenía miedo a mí. Mi cuerpo era fuerte (y flaco) mis tobillos fuertes y sanos y yo joven y atormentada.

El vestido que llevaba puesto (una de las prendas que perdí en esas cajas del trastero inundado (creo que estuve 2 años sin hablar con mi hermano) me lo regalo Madame Etienne que fue mi profesora de ballet durante esos años (tenía 86 años en esa época). Ella fue una de las muchas personas históricas que conocí en esos años. Recuerdo que iba todos los fines de semana a bailar para los ancianos de una residencia de antiguos artistas de Hollywood (personas que habían sido actores/actrices, directores, compositores, guionistas) fue una experiencia maravillosa. En fin, al final no he contado nada, pero creo que lo he contado todo, son muchas historias más que algún día las podréis leer enteras en mi autobiografía (os va a encantar).

Nada, con todo esto y un tobillo torcido os dejo hasta la próxima.

Y no, j*** lo de me torcí el tobillo y me hice un esguince NO FUE bailando ballet os lo resumo aquí.