Convivencia Coronavirus DÍA 35 jueves, 16 de abril 2020

Hello my friends. Hoy es un nuevo día y, como siempre, no os cuento mucho, ya que mi vida es superaburrida, «Same shit, different day» (la misma mierda, día diferente). Por eso, creo que me invento tantas cosas para no ser tan aburrida. Y mira que intento involucrar a muchos de vosotros, pero la mitad no me hacéis ni p** caso. Y muchos de vosotros lo admitís. Una persona me dijo hoy: «Siempre veo tus publicaciones y le doy like en Facebook, pero no leo tu blog». ¡Jajajajaja, es lo mejor que escuché hoy!

Creo que cuando veis un mensaje mío, os escondéis de vergüenza solo pensando que os voy a proponer algo. ¡Jajajajajaja, aburridos! ¡Sois todos unos aburridos! No hay ovarios ni cojones, no salís de vuestra zona de confort… Bueno, tengo que decir que esto es cierto para el 99.9% de vosotros, pero el 1% que queda sois mis favoritos. Y para que veáis un ejemplo de este 1%, os dejo con mi superamiga divertida (ya he hablado de ella en otra ocasión).

Os reto a enviarme una foto o un vídeo haciendo algo que jamás habríais hecho sin mi motivación. O por favor, compartid el blog con alguien que no me conozca de nada, a ver si ellos se atreven. A lo mejor los amigos de los amigos son más divertidos que vosotros. ¡Jajajajaja, qué mala soy! ¿Cómo me aguantáis? ¡Os quiero!

Por otro lado, os comento que todas las noches dejo mi cocina reluciente. Jamás me ha gustado irme a la cama con la cocina hecha una p*** m**** (bueno, en alguna ocasión la he dejado no tan perfecta). Pues casi todas las mañanas me despierto y, os juro, es como si los Gremlins hubieran entrado a la cocina después de haber comido a medianoche.

Tengo dos opciones:

1. Exterminar a los Gremlins o
2. Hacer fotos del destrozo.

Hoy he optado por la opción 2, pero la opción 1 cada mañana está más cerca de cumplirse. Y ya os estoy escuchando… «¡Regáñalos!», «Mis hijos jamás harían eso», «¡Qué mal educados!», «¡Qué vergüenza de familia!»… «¡Es ponerse!»… ¡Dejadme en paz!!

Reflexión del día: Al principio de este confinamiento estaba llena de ilusión y de optimismo por la humanidad, pero conforme pasan los días, pasan los meses, creo que estamos retrocediendo. Los impulsos de la actividad y la aventura ya se están perdiendo, y en vez de vivir el momento (lo que os llevo diciendo crónica tras crónica, intentando predicar), muchos solo piensan en… «Cuando salgamos voy a xxxxxxx», «Cuando esto termine…», «¿Cuándo terminará todo esto?». No habéis entendido la lección que el universo nos ha dado. Yo ya no sé qué hacer con muchos de vosotros.

«Deja de esperar al futuro; te seguirá esperando siempre el pasado.»